El pasado martes 22 de noviembre, los alumnos de 2º de la ESO disfrutaron de diversas actividades en Ávila. Comenzaron la mañana entre carcajadas durante la representación adaptada de "El Barbero de Sevilla" de mano de A.C. Camerata Lírica. En el teatro desarrollaron sus habilidades sociales conociendo a alumnos de otros institutos y reencontrándose con antiguos compañeros.
Terminada la función, y aunque el reto les pareciese escalar el Everest, subieron la cuesta de Santo Tomás para llegar a la Iglesia de San Pedro, ejemplo típico del románico abulense. Allí comenzaron a solucionar algunas cuestiones de un dossier que les fue entregado por el Departamento de Geografía e Historia, y qué mejor clase de arte que la que puedes dar con las obras maestras a menos de un metro de distancia.
Llegaba entonces el rato del recreo, más corto de lo normal, ya que la subida al Everest -y suponemos que el frío- les hizo caminar despacio y perder minutillos. Explicamos por qué "El Grande" se llama "El Grande" y por qué también existe "El Chico". Tras algunos intentos desafortunados de colarse en el Burguer King, unos cuantos pokemon cazados y varias chuches continuamos hasta las murallas.
Ascendiendo al primer piso nos topamos con una maqueta de las murallas donde hicimos una breve parada para explicar el origen de las ciudades medievales y la necesidad que tenían de amurallarse en un periodo tan convulso como fue el de la Reconquista. Conocimos los nombres de las principales partes de la muralla y subimos a interaccionar con ellas.
El tiempo no acompañaba pero no impidió que más de uno se sintiese soldado medieval y jugase a lanzar saetas entre merlón y merlón. Las costumbres del pasado se unieron a las modernas y si el año pasado triunfó el "palo selfie", este año no podía faltar "el Mannequin Challege", y es que nuestros alumnos y alumnas están a la última.
En las murallas hubo todo tipo de reacciones, y es que a esa altura todo se ve con otros ojos y se entiende la ciudad de otra manera. Una vez superado el vértigo del principio, se impresionaron con la Basílica de San Vicente y las panorámicas del valle.
El tiempo apremiaba, por lo que tocaba dirigirse hacia la Catedral a través de las callejuelas estrechas de las ciudades medievales. En la Catedral aprendimos las partes más básicas de una portada gótica y que en la torre "dicen que vivó un campanero acompañado de sus animales".
Camino ya al autocar, nos soprendieron algunas piedras "muy raras" de la muralla que tenían "como agujeros", eran las cistas romanas. Seguimos por la Basílica de San Vicente, hablamos de una mula que debió pasar por allí y de lo parecida que era la portada a la de San Pedro. Exhaustos subieron al autocar y en un periquete llegamos a las Navas del Marqués. Próxima parada..... el tiempo lo dirá.
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