En esta nueva entrega Ascen nos envía unos dichos muy
empleados en nuestro lenguaje cotidiano junto con la explicación de su
procedencia
No hay tu tía
Esta expresión equivale a “no hay remedio”. Parece probado que este
dicho no alude a tías ni a familiares, sino que es una alteración de la frase
original: “no hay tutía o atutía”. La tutía o atutía era el nombre por el que
se conocía antiguamente un medicamento de gran virtud para la curación de las
enfermedades de los ojos, y también como antídoto de aplicación casi universal.
Aunque, al parecer, existían numerosos tipos de atutías, la más común llevaba
como sustancia básica el hollín.
¡Que te den morcilla!
Maldición que indica
desprecio, mala voluntad, desinterés, etc., hacia alguien. Esta expresión hace referencia a una
costumbre muy común en tiempos pasados en que la rabia constituía una amenaza
destacada en las ciudades españolas, por las constantes epidemias que de esta
enfermedad se producían, transmitidas sobre todo por los perros abandonados que
abundaban en ellas. En aquellos tiempos, las autoridades, intentando limitar el riesgo, ordenaban dar muerte a los
perros callejeros mediante el cruel método de sembrar las calles con morcillas
envenenadas, que los perros comían y que les producía una muerte horrible.
Por tanto, en última instancia
la frase hecha equivalía, es de suponer que de modo figurado, a “desear a otra
persona que muriera como un perro rabioso”. Por fortuna su sentido se ha
suavizado.
Dar plantón
Dar plantón
No ir a donde otro le espera.
El “plantón” es un soldado o miembro de las fuerzas del orden que hace
guardia en un puesto concreto, y, por extensión, la persona encargada de la
vigilancia de la puerta de un edificio. El significado que tiene esta expresión
también se refiere a que al estar
durante mucho tiempo en el mismo lugar parado sobre las plantas de los pies
permite que su figura sea comparada con un “plantón” o estaca de árbol plantada
para que arraigue.
Dar el pego
Expresión familiar y figurada que significa engañar.
Según el DRAE de 2014, pego es “fullería (trampa o
engaño) que consiste en pegar disimuladamente dos naipes para que salgan como
uno solo, cuando le convenga al tramposo”. Es decir, el dicho tiene su origen
en una trampa en el juego de naipes que
consiste en untar determinadas cartas en un lugar concreto con una materia
pegajosa, para que, mediante la presión del dedo del banquero sobre el lugar
del unto o pego, este arrate la carta siguiente.
Cantar
las cuarenta
Se emplea como equivalente a
decirle a alguien con resolución lo que se piensa aun cuando le moleste y
también, lograr un triunfo resonante en cualquier actividad.
La expresión está tomada del juego de naipes
llamado tute. En el momento en que el poseedor de las cuarenta se hace con la
baza, está obligado a “cantarlas”, cosa que, por lo que suele suponer de cara a
la victoria final en el juego al permitir sumar cuarenta puntos, se suele hacer
con gran ostentación, extremo al que aludiría el doble significado de la
expresión.
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