Asier, que aunque no se puede apreciar, su instrumento se mueve como los de verdad.
Diego, que para realizar su contrabajo de 1.80 metros usó un escalímetro para realizarlo a escala, lijadora profesional, caladora, taladro, barniz y pistola de pintar, tablero ADM...
Sonia y Sandra, que usaron materiales como cartones, papel, cola y pintura para construir sus instrumentos.
Irene y Carmen, posaron así de simpáticas
Javi hizo para su flautín un estuche a medida y Adil parece todo un profesional del violín.
Es la tercera vez que subo al aula de música. Hoy le comentaba a Inés Pindado, la profesora, que yo era muy incrédula, respecto a la realización de estos trabajos. Y la verdad es que tengo que quitarme el sombrero. El resultado no ha podido ser más positivo.
El contrabajo de Diego Rosado ha sido la guinda del pastel, entre otras cosas...¡porque es más grande que él! La profesora valora mucho el esfuerzo, el interés y el tiempo que dedican los padres para ayudar a sus hijos, es el caso de Santiago, su padre al que, desde aquí, le damos la enhorabuena. Pero Inés quiere recalcar que, aunque otros trabajos no estén tan bien presentados, tienen también mucho mérito porque en otras familias no existe ni material ni medios para poder realizarlos, e igualmente pueden obtener una excelente calificación. Está muy agradecida a todos por lo mucho que ayudáis a vuestros hijos, en la medida de lo posible. De aquí se deduce que es importantísima la implicación de las familias en la educación de los hijos, y que valoramos el seguimiento que realizan para que el resultado académico sea óptimo.
¡ENHORABUENA A LOS ALUMNOS Y ALUMNAS...Y TAMBIÉN, A TODOS LOS PADRES Y MADRES!
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