miércoles, 13 de mayo de 2015

CURIOSIDADES LINGÜÍSTICAS Y LITERARIAS 10

Seguimos con el lenguaje no verbal y nos centramos en esta ocasión en las “señales” que muestran el hecho de fumar y la forma de hacerlo. 

   Para ello, recogemos las explicaciones aportadas por Allan Pease y Barbara Pease en el libro titulado El lenguaje del cuerpo. Según aquí se indica, los estudios realizados demuestran una relación entre la alimentación del bebé y su posibilidad de convertirse de adulto en fumador. Se ha descubierto que la mayoría de los adultos fumadores habían sido alimentados con biberón, mientras que cuanto más tiempo pasó el bebé con lactancia materna, menos posibilidades desarrolla de convertirse en fumador en la edad adulta. La explicación estriba en que los bebés que se alimentan de la madre reciben de ella un consuelo y un vínculo que el biberón es incapaz de proporcionarles, con lo que de adultos presentan menos  necesidad que otras personas criadas con biberón de seguir buscando consuelo mediante el contacto con objetos. Según este estudio, los fumadores utilizan los cigarrillos por el mismo motivo que el niño se chupa el dedo.

   Las investigaciones centran su atención también en las diferencias entre los dos sexos al coger el cigarrillo entre sus dedos: las mujeres suelen sujetar el cigarrillo en lo alto, con la muñeca doblada hacia atrás formando un gesto de exhibición de muñeca y dejando al descubierto la parte delantera del cuerpo. En cambio, los hombres fuman manteniendo la muñeca recta y dejan caer la mano que fuma por debajo del nivel del pecho después de expulsar el humo, manteniendo la parte delantera del cuerpo protegida.



 La dirección hacia la que se expulsa el humo revela la actitud positiva o negativa de una persona hacia el exterior. Parece que la persona que se siente superior o confiada en lo que ve o escucha, expulsa el humo hacia arriba. La persona con un estado mental negativo, cerrado o receloso, en cambio, expulsará casi siempre el humo hacia abajo. 



No hay comentarios: